martes, 27 de noviembre de 2012

Mi fiel amiga


La que me llena de paz con sus ronroneos, me mima, me da energía, fuerzas para seguir adelante. la que pasa su lengua tan áspera sobre mis brazos o cachetes pero se convierten en suaves besos que acarician mi alma. La que me llena de amor y eso me convierte dependiente de ella.

Ella es mi fiel amiga, mi dulce compañía. Ella es Mora.
No es fácil ganarse el afecto de un gato. Será tu amigo si eres digno de su amistad.

"No se puede mirar a un gato durmiendo y sentir tensión."









"Un maullido es un masaje al corazón"





 Los gatos son espíritus que han bajado a la tierra. Estoy seguro de que un gato podría caminar sobre las nubes sin traspasarlas. 
Julio Verne



La elegancia quiso cuerpo y vida, por eso se transformó en gato.


lunes, 19 de noviembre de 2012

El ángel que quiero yo....

Los ángeles son espíritus puros, es decir "libres de toda materia", y por lo tanto de naturaleza inmortal.

Para los católicos los ángeles existen para glorificar a Dios y ser sus mensajeros... de hecho su función más importante es ésta: ser el nexo entre Dios y el Hombre, y en segundo término proteger a los hombres y velar por su salvación.




Pero yo le doy otro significado a estos seres, conozco dos tipos de ángeles: los que siento su presencia sin tenerlo conmigo,y los que puedo verlos y me regalan abrazos, besos, caricias y hasta me roban sonrisa e incluso carcajadas. Por lo tanto conozco los dos tipos, el primero noto su presencia porque vuela alrededor mio las 24 hs del día hace 17 años, y su nombre es Juan Carlos.

Por otro lado, tengo mis demás ángeles- el cual me siento muy afortunada de tenerlos- que se preocupan por mi y me protegen, no importa la edad, ellos siempre están cuando los necesito.

Entonces quiero dedicar esta canción a mis ángeles de tierra y cielo....


Así es la ley
hay un ángel
hecho para mí.
Te conocí
el tiempo se me fue
tal como llegó.

Y te fallé
te hice daño,
tantos años yo
pase por todo sin pensar.
Te amé sin casi amar
y al final quien me salvó
el ángel que quiero yo.

De nuevo tú
te cuelas en mis huesos
dejándome tu beso
junto al corazón.
Y otra vez tú, abriéndome tus alas
me sacas de las malas
rachas de dolor
porque tú eres
el ángel que quiero yo.

Cuando estoy fatal
ya no sé qué hacer
ni a donde ir,
me fijo en ti
y te siento cerca pensando en mí.
El cuerpo se me va
hacia donde tu estás.
Mi vida cambió
el ángel que quiero yo.

De nuevo tú
te cuelas en mis huesos
dejándome tu beso
junto al corazón.
Y otra vez tu
abriéndome tus alas
me sacas de las malas
rachas de dolor
porque tú eres
el ángel que quiero yo.


Escuchá la canción haciendo click acá






martes, 13 de noviembre de 2012

No es el tiempo el que cura todas las heridas sino el amor



Mientras el alba se imponía en el cielo, La Poetisa recostó pausadamente su cabeza en el respaldar de su silla, con una taza de café y una hoja en frente que aguardaban impacientes su próximo poema, cuando al otro lado de la calle observó al Arlequín que se dirigía, primero de manera temerosa y luego con paso apresurado, al encuentro con otros 2 arlequines que le esperaban al final de la calle, y rápidamente recordó como hace varias horas, el colorido personaje que ahora camina deprisa se encontraba amenizando su primera función en la feria local.


Ese día en la feria, el Arlequín hacía su aparición pública después de un largo periodo ausente en las actividades de la comunidad, se encontraba en frente de una audiencia respetable realizando malabares con un colorido, anacrónico y apretado vestuario que sin duda no pasaba inadvertido entre la multitud.


Mientras el llamativo personaje se encontraba finalizando su acto, La Poetisa se distraía viendo, con esa mirada característica que solo los niños y niñas se dan el lujo de tener, a las figuras de colores que componían el traje del Arlequín, meditando en su mente un poema sobre la lucha campal que se desarrolla entre los colores a la altura del ombligo y los que están al nivel de los hombros, para lograr la mayor atención del público y así poder obtener la Copa Universal como mejor color… al fin de cuentas la vida es un mosaico de colores, pensó.


“Simples y tontas niñerías”, diría el Hombre de Negocios que se encuentra en frente de La Poetisa si supiera lo que ella pensaba, ya que este individuo había perdido tiempo atrás la habilidad de soñar sobre cualquier otra cosa que no sean mujeres y/o dinero, recordemos que al crecer perdemos la capacidad de asombro y de andar por la vida con “pasos de niño”, ahora esta persona como muchos de nosotros y nosotras andamos lastimosamente con “pasos de adulto”.


El Hombre de Negocios con su saco y corbata observaba indignado al Arlequín, que en su traje de harapos estilo medieval realizaba maromas enfrente, y con un gesto de repudio y lástima exclamó: “este vago se ha precipitado a su ocaso”, luego con paso firme se fue a realizar unas cuantas llamadas para seguir soñando con lo que sueñan los adultos.


Si tuviéramos la oportunidad de preguntarle a esta persona el porqué de esa exclamación, en realidad tendría buenos argumentos para sostenerla, ya que hace aproximadamente un mes un ciudadano respetable, con un trabajo distinguido y una hermosa familia, quedó convertido de repente en ese Arlequín que hoy ameniza su primera función.


Terminado su acto el colorido personaje realiza una reverencia típica de los actores teatrales y observa atentamente al público, el cual en su mayoría aplaudió por compromiso exceptuando a la curiosa Poetisa, que después corrió a su casa a encontrar alguna musa que le acompañara en la tarea de escribir el poema, sobre la batalla de los colores que se imaginó, y un Indigente que se sienta diariamente en una banca al frente de la iglesia, el cual oportunamente pudo ver desde su asiento el acto y lo aplaudió vehementemente.


Se dirigía El Arlequín a su hogar con la satisfacción del deber cumplido, caminando pausadamente disfrutando de su gloria y de paso repasando mentalmente su acto, buscando lo bueno y malo para mejorarlo en la próxima ocasión, mientras la gente que se encontraban en la calle lo observaban con cara de asombro y de burla, no es de extrañarse esa actitud típica de las personas “normales” burlándose y humillando a cualquier otro ser humano que sea diferente.


Se acercaba ya el colorido personaje a la puerta de su hogar, cuando observó a un grupo de niños que se divertían pateando una pelota en la acera, y vio que al notar ellos su persona vestida con ese traje anacrónico se acercaron, algunos más cautelosos que otros, a su encuentro. El Arlequín amistosamente estrechó la mano de los niños que se le arrimaron sin ningún temor, pero notó que un número considerable de infantes se quedaron alejados de él, y entonces decidió ir en su búsqueda para demostrarles que los arlequines, sin importar lo que diga la gente, son amigables.


Se acerco a una niñita que le temblaban las piernas y él estrecho su mano de forma amigable, pero la niña soltó la mano y se fue llorando despavorida y aterrada gritando “¡mamita un payaso me quiere comer!...”, “no soy un payaso” pensó El Arlequín, y entendió que muchos niños, e incluso al crecer no se escapan, suelen tenerle miedo a los payasos o a cualquier cosa que se le parezca.


El Arlequín se estremeció…, al visualizar a lo lejos la cara llorosa de la niña que le estrechó la mano, creyó ver la imagen de su hija que había perdido la vida hace aproximadamente un mes, y recordó dolorosamente que ella también le temía a los payasos, por lo tanto El Arlequín se sintió miserable al haberse convertido en la única cosa que a su niñita le aterraba, y tuvo que sentarse forzosamente en la acera unos minutos, a mitigar la culpa y el odio a sí mismo para tratar de recuperar algo de lucidez.


Llegase finalmente el colorido personaje a su hogar, y triste se sentó en un sillón al lado de una chimenea a observar permanentemente una foto encima de la misma, en la cuál se encontraban, además del Arlequín, su esposa y su hija difuntas, de ahí en adelante El Arlequín pasó horas reviviendo heridas del pasado las cuales nunca enfrentó en el momento oportuno, sino que las maquilló y escondió bajo un traje apretado y colorido.


A nadie le gustan las pesadillas supongo yo, siempre me han parecido una mala jugarreta de la mente para recordarnos y protestar por el sacrificio que cumple, ya que le hacemos ver y procesar tanta porquería que sucede en la cotidianidad, con lo cuál la mente reclama, mediante las pesadillas, que todo ese trabajo inmenso que le obligamos a hacer tiene sus secuelas, y hoy mientras El Arlequín dormía la mente le “pasó la factura” por haber soportado emociones fuertes en el último mes.


Soñó que se encontraba caminando en la acera y vio a su hija difunta en la esquina, alegre comiendo un helado con trocitos de galleta, y el colorido personaje al ver a su niñita resucitada corrió como nunca lo había hecho a su encuentro, pero al notar la niña su presencia gritó: “¡mamita un payaso me quiere comer!...”, la difunta esposa salió de la nada y agarrando a la niña de su brazo corrieron interminablemente hacia el horizonte. El Arlequín exhausto no podía seguir en la persecución, y mientras intentaba rasgarse las vestiduras gritaba: “¡mírame!, ¡no soy un payaso soy tu padre!”, pero finalmente cayó rendido en la acera, y al preguntarse desesperado porque no pudo rasgarse las vestiduras se sorprendió al notar que no tenía ropa, sino que su piel había adoptado ya para siempre los colores y las formas del vestuario arlequinesco, es decir, para mostrarse ante su hija plenamente hubiera tenido que arrancarse la piel, esa máscara con tintes que ahora le maquilla y oculta su verdadero ser… despertó.


Despertó El Arlequín en la madrugada, “a veces es duro abrir los ojos ” dijo, y con una tranquilidad admirable se colocó el traje, al verlo sintió repudio pero se dio cuenta que se sentiría indefenso sin él, sin su piel, abrió la puerta y salió a caminar cuando aún no salía el sol, sin un rumbo fijo, simplemente sentía el deseo de caminar.


La madrugada se mostraba inmensa, tranquila y un tanto extraña, el rocío caía con tierna lentitud sobre todo lo que estuviera al aire libre, un violinista se encontraba en las ramas de un árbol y parecía poseído por la madrugada, que él llenaba con notas voraces cual si fueran las últimas de su vida, en tanto la brisa mimaba las copas de los árboles, que si son observadores notarán como entre ellos juegan a acariciarse, pero solo si son verdaderos observadores, no adultos.


El Arlequín inconscientemente llegó al lugar de su primera y única función, hizo un recuento rápido de lo que había pasado desde que finalizó ese acto, dándose cuenta que son pequeños cabos sueltos que se van articulando y que lo han traído de nuevo aquí, pero esta vez no viene con una rutina preparada sino con una desesperación tranquila y dolorosa, entonces, observó a la iglesia que se levantaba poderosa ante sus ojos entre la madrugada, luego notó que delante en el parque estaba sentado en la banca de siempre El Indigente, que horas atrás le había aplaudido.


Rumores van y vienen en el barrio sobre este extraño Indigente, algunos dicen que no es como los demás, unos que es escritor y poeta, otros un vago cualquiera, en fin, El Arlequín se sentó pausadamente para no incomodar a su nuevo compañero de banca, el cuál lo miró con una mirada triste pero llena de serenidad y sabiduría, dijo “cuéntame lo que sucede, nunca he conversado con un Arlequín, por lo tanto me carcome la curiosidad”.


“ Hace un mes -dijo El Arlequín desahogándose-, mi vida pasó de ser perfecta a un caos, mi hija y esposa murieron gracias a un accidente que no comentaré, pero te aseguro que lo pude haber evitado, ¡si tan solo hubiera estado ahí, si tan solo no hubiéramos peleado esa mañana, si tan solo no me hubiera negado en señal de protesta infantil a acompañarlas al parque, habría hecho lo imposible para que esos 2 maleantes no las mataran!…”.


La voz del Arlequín se quebró y soltó en llanto, El Indigente siguió sereno y atento a lo que decía su compañero de banca, de nuevo este último retomó el aire y prosiguió “luego, la depresión se adueñó de mí, pasé desde esa fecha fatídica hasta anteayer encerrado en mi hogar, no se exactamente que sucedió, solo sé que hace un par de días me sentí mejor y me puse este traje colorido, me miré en el espejo y sentí ganas de hacer maromas, creo que el sufrimiento me hizo pasar por una metamorfosis singular, tal vez perdí la cordura, o encontré la “verdad”, yo ya no sé…”.


“Imagina esto –dijo el Indigente después de un rato-, estas parado en un barranco, al frente tenemos un abismo que vos sabes te causará la muerte, caminamos constantemente por el borde del mismo, a veces nos sentimos seguros con ello ahí, otras sentimos que podemos caer, y en general siempre que lo miramos sentimos vértigo. Decía una autor checo* que el vértigo es el deseo que sentimos de caer, lo cuál nos aterra, por lo tanto nos alejamos. Ahora bien, caminamos por la vida con constantes altos y bajos, en el borde de un barranco, muchas veces sentimos el deseo de dejar todo botado y largarnos, tirarnos al abismo, pero nos aterra pensar en realizar ese deseo, ya que nos preocupa la familia, el trabajo, la subsistencia, el que dirán , y demás. Vos Arlequín, después de perder a tu familia, no sé si fue el dolor, o mejor dicho el mal trato que se le dio al dolor, pero en este mes te has precipitado dentro de ese abismo, ahora sos el resultado de ese acto, y si te preguntas porqué sé eso, yo también caí en el abismo, pero voluntariamente me lancé gracias a la podredumbre de la sociedad, solo que no salí convertido en un Arlequín, sino en Indigente por voluntad…”


“ Es decir, perdí mi vida…”, dijo El Arlequín, “ no porque aun sigues vivo, o por lo menos eso parece, pero la vida de hace un mes difícilmente regresará”, contestó El Indigente, “ahh…gracias…”, finalizó El Arlequín, y de manera temblorosa se levantó de la banca y decidió seguir en su caminata.


Ya la madrugada parecía ceder ante la omnipotencia del sol, que empezaba a asomarse valientemente por el horizonte, imponiéndose ante la grandiosa madrugada, mientras que las personas empezaban a salir de su casa, algunos hacían ejercicio corriendo alrededor o paseando a su perro, otros como El Hombre de Negocios, ya se dirigían a su trabajo, “el tiempo es oro”, siempre suelen decir.


La situación del Arlequín está en su momento más crítico, en este instante no sabe si seguir viviendo o lo contrario, “¿para qué vivir si ya perdí mi vida, no la tengo?” se pregunta, supongo que no es fácil haber vivido toda una vida alcanzando sueños y buscando la felicidad, y una vez que se supone encontrada, perderla de repente tiene un precio incalculable para el ser humano.


A La Poetisa siempre le ha gustado escribir con el alba, el ver el amanecer le produce una inspiración que no se da en el resto del día, “las ideas –dice– surgen mejor con el aire fresco de la mañana”, y en esta ocasión ya el café está servido, y la hoja de papel aguarda ser parte del proceso creativo de La Poetisa, cuando notó a dos arlequines que se pararon al final de la calle un tanto extraños, no hablaban entre ellos, solo observaban atentos el otro lado de la acera.


El Arlequín dio vuelta a la esquina, tenía la mirada baja y un poco de hambre, ya que la última comida que tuvo fue antes de realizar su primera función, por lo tanto su cuerpo y sobre todo su mente no estaban en muy buena salud. Al levantar la vista noto a los dos arlequines al otro lado de la calle observándolo, “no lo puedo creer –dijo- hay otros como yo, hay otros que el dolor los ha hecho caer en el abismo, y la metamorfosis los ha hecho ponerse este traje apretado, seguro han oído de mí en el pueblo, seguro han venido a buscarme, y talvez incluso a llevarme con ellos.”.


El Arlequín lo llenó un sentimiento de alegría al ver otros como él, al fin de cuentas el sentido de pertenencia es necesario para el ser humano, el sentirse aceptado es parte fundamental para las personas, por lo tanto El Arlequín se llenó de extrañas esperanzas y empezó a acercarse, primero un tanto cauteloso y luego deprisa, al encuentro con los de su especie.


La Poetisa recostó pausadamente su cabeza en el respaldar de su silla, mientras veía al colorido personaje correr deprisa al encuentro ya mencionado, tomó su lápiz y se preparó para lo que sería un momento memorable, y si que lo fue, La Poetisa puso la punta del lápiz en la hoja de papel en el momento preciso que uno de los dos arlequines sacó una pistola y mató al Arlequín.








martes, 6 de noviembre de 2012

Eclipse de amor.

Cuando el Sol y la Luna se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor. Sucede que el mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio entonces un toque final... ¡El brillo! 

Quedó decidido también que el Sol iluminaría el día y que la Luna iluminaría la noche, siendo así, estarían obligados a vivir separados. 
Les invadió una gran tristeza y cuando se dieron cuenta de que nunca más se encontrarían, la Luna fue quedándose cada vez más angustiada. A pesar del brillo dado por Dios,fue tornándose Solitaria. 
EL Sol a su vez, había ganado un título de nobleza "Astro Rey", pero eso tampoco le hizo feliz. 
Dios, viendo esto, les llamó y les explicó: - No debéis estar tristes, ambos ahora poseéis un brillo propio. Tú, Luna, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías.




 En cuanto a ti, Sol, sustentarás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminarás la tierra durante el día, proporcionaras calor al ser humano y tu simple presencia hará a las personas más felices.


La Luna se entristeció mucho más con su terrible destino y lloró amargamente... y el Sol, al verla sufrir tanto, decidió que no podría dejar abatirse más, ya que tendría que darle fuerzas y ayudarle a aceptar lo que Dios había decidido. 
Aún así, su preocupación era tan grande que resolvió hacer un pedido especial a Él: - Señor, ayuda a la Luna por favor, es más frágil que yo, no soportará la soledad... 
Y Dios...en su inmensa bondad... creo entonces las estrellas para hacer compañía a la Luna. La Luna siempre que está muy triste recurre a las estrellas, que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.


Hoy, ambos viven así... separados, el Sol finge que es feliz, y la Luna no consigue disimular su tristeza.
El Sol arde de pasión por la Luna y ella vive en las tinieblas de su añoranza. Dicen que la orden de Dios era que la Luna debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo consiguió....PORQUE ES MUJER, Y UNA MUJER TIENE FASES.
Cuando es FELIZ, consigue ser LLENA, pero cuando es INFELIZ es MENGUANTE y cuando es menguante ni siquiera es posible apreciar su brillo.
Luna y Sol siguen su destino. Él, solitario pero fuerte; ella, acompañada de estrellas, pero débil.
Los hombres intentan, constantemente, conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos. Nadie jamás consiguió traerla hasta la Tierra, nadie, realmente, consiguió conquistarla, por más que lo intentaron.
Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese del todo imposible, ni siquiera el de la Luna y el del Sol... Fue entonces que Él creó el eclipse. Hoy Sol y Luna viven esperando ese instante, esos raros momentos que les fueron concedidos y que tanto cuesta, sucedan. 
Cuando mires al cielo, a partir de ahora, y veas que el Sol cubre la Luna, es porque se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de eclipse. Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor. 
Vos ya sabías que en la tierra existían Sol y Luna... y también que existe el eclipse.... pero esta es la parte de la historia que vos no conocías.



Hablando de eclipses, ésta es una linda canción para dedicar.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Seven days

Los muertos nunca duermen...

Película "El Aro" o "La llamada" 






Después de que una joven muere siete días después de haber visto un vídeo maldito, la periodista Rachel Keller, decide investigar el asunto. Lo que no imagina es que, después de ver la cinta, recibirá una llamada en la que una voz femenina únicamente le dice «siete días». Ahora, debe descubrir cómo librarse de la maldición si no quiere morir en una semana.





Aidan de 9 años, es afectado por la muerte de Katie. Después del entierro de su prima, Rachel, la madre de Aidan y periodista, quiere investigar la muerte de Katie, lo que la conduce a la cabaña donde miró el video, el cual Rachel encuentra y ve. De pronto, recibe una llamada telefónica, siendo de una niña que le dice "siete días", asustando a Rachel. Al día siguiente, Rachel llama a Noah, el padre de Aidan, mostrándole el vídeo y pide su ayuda, conociendo sus habilidades con los medios de comunicación. Él le pide hacer una copia para luego investigar, y lo hace; pero más tarde se lo lleva a casa otra vez. Unos días más tarde, su hijo Aidan ve el video de manera accidental, aumentando el terror de Rachel.






Después de haber visto el video, Rachel comienza a experimentar pesadillas, y vive situaciones irreales. Cada vez más deseosa de descubrir el origen de la cinta, Rachel investiga las imágenes de una mujer que aparece en ella. Usando un laboratorio de vídeo descubre imágenes fuera de la pantalla, que más tarde la ayuda a descubrir que es un faro de la Isla Moesko. También descubre que la cinta no fue siquiera creada con un equipo electrónico.







La mujer resulta ser Anna Morgan, que vivió en la isla con su marido Richard. Rachel descubre que, después de adoptar a una niña, la tragedia aconteció el rancho de los Morgan. Los caballos que ellos criaban se volvieron locos y se suicidaron, provocando a Anna una gran depresión, con su posterior suicidio. Rachel va a la casa de los Morgan y encuentra a Richard, quien niega todo acerca del vídeo o su hija y echa a Rachel. La doctora Grasnik, cabecera de Anna, le dice a Rachel que no podía Anna tener hijos porque tenía esterilidad y adoptó a una niña llamada Samara . El doctor relata que Anna pronto se quejó de visiones espantosas que sólo ocurrían cuando Samara estaba alrededor, con lo que ambas fueron enviadas a una clínica psiquiátrica.




Mientras Rachel investiga en la Isla Moesko, Noah investiga la el Hospital Psiquiátrico en el que había sido internada, donde encuentra el archivo de Anna y descubre que había un video de Samara, pero el video no está. Mientras tanto, Rachel regresa a la casa de los Morgan, donde encuentra el vídeo perdido, lo mira, y es enfrentada por Richard que dice que Samara era mala. Entonces, se electrocuta en la bañera, haciendo que Rachel deje la casa del espanto. Noah llega y, junto a Rachel, va al granero a descubrir un ático donde Samara fue encerrada por su padre. Detrás del papel pintado en el muro, descubren una imagen de un árbol visto en la cinta, que crece cerca de la Posada del Monte Shelter. En la posada, ellos descubren un pozo debajo del piso, en el cual Rachel encuentra el cuerpo de Samara, experimentando una visión de cómo su madre la ahogó con una bolsa y la lanzó a él, descubriendo que el aro que aparecía al comienzo de la cinta era el borde del mismo pozo. Rachel admira el cadáver como si recién hubiera muerto, pero luego descubre que está sosteniendo un cadáver en descomposición. Al regresar a casa, Rachel le cuenta a Aidan que ha dejado libre de su encierro a Samara. Sin embargo, Aidan se alarma, alegando que Samara "nunca duerme".



Tras la muerte de Noah a causa de Samara, Rachel destruye y quema la cinta original. Preguntando por qué ella no había muerto como los demás, ella recuerda que había hecho una copia; y descubre que el único modo de escaparse y salvar a Aidan es copiar la cinta y mostrarle la copia a alguien más, siguiendo el ciclo.




















Video que vio Rachel y demás personas.